Hace unos días me senté frente al ordenador, y tenía la tarea de escribir un artículo que tuviera que ver con el mundo de la empresa, que se pudiera leer de una manera sencilla y que dejase algo de poso al lector.

Al principio la página totalmente en blanco me parecía tan inmensa como el mar que en su amplitud se extiende ante uno cuando se está placenteramente tumbado en una playa y lo contempla totalmente relajado.

No sabía que poder contar, qué palabras trasladar a este folio, y no pude por más que echar la vista atrás y de pronto me vino a la memoria una noticia que apenas hace un par de años había leído y hablaba de la empresa familiar en España, y cómo nace el espíritu emprendedor de unos pocos que no temen a nada, se aventuran, confían en su potencial y con gran esfuerzo y tesón se lanzan a la aventura de crear sus propios negocios; pequeños emprendedores (antes se les llamaba trabajadores autónomos), que se lanzaban a crear empresas y tuvieron que sacar adelante sus familias con escasos recursos y con mucho esfuerzo y hoy en día son de vital importancia.

 

La empresa familiar en España y su importante legado

Este que os presento, era un gráfico que parecía sobresalir de entre todas las noticias del derrumbe económico que veníamos de sufrir. Ponía el acento en las empresas familiares que desde siempre habían hecho posible que la economía de los países se levantara de cualquier crisis, y que muy pocas veces ocupaba grandes espacios en los periódicos y revistas económicas.

Los números eran de por sí, gratificantes. Cuando la mayoría de las empresas habían quebrado o desaparecido, cuando las palabras concurso de acreedores, cierres de empresa, liquidaciones, suspensiones de pagos, etc. estaban a la orden del día, siempre quedaba ese grupo de mujeres y hombres valientes que forjaron la historia a través de su esfuerzo y culminaron con éxito sus andaduras empresariales.

En el mundo de la empresa, la búsqueda de oportunidades y de empleo siempre ha constituido uno de los mayores retos para cualquier trabajador y  especialmente para el trabajador autónomo.

Hay que tener espíritu aventurero, ser arriesgado, luchador, serio, capaz, disciplinado, eficaz (me quedaría corto añadiendo adjetivos) y saber confiar en las capacidades de uno mismo. Este tesón y esta lucha continuada ha hecho posible que un gran número de ellos llegue a alcanzar las metas propuestas y perdure en el tiempo.

Qué sería del tejido empresarial sin estos superhéroes que han forjado grandes empresas, que han dado grandes nombres y marcas, y que muchas otras veces se han dejado en el camino lo mejor de sus vidas para conseguir el mejor de los futuros para sus familias y empleados.

La mejor manera de agradecérselo es no dejar que sus negocios se destruyan y se pierdan en el tiempo. El trabajo bien hecho debe perdurar. Por eso, por favor os insto a que seáis fuertes, el mercado empresarial da oportunidades y está abierto, la recesión parece que va quedando poco a poco atrás, pero no nos descuidemos, este país necesita fomentar y apoyar el emprendimiento, es una lucha de titanes, pero toda lucha tarde o temprano tiene su recompensa. Por ello “SE BUSCAN VALIENTES”.

 

 

FUENTE: Datos obtenidos de la Empresa Familiar en España 2015.