Cuando emprendemos debemos de tener en cuenta que asumimos una serie de responsabilidades y riesgos que pueden ser determinantes para nuestro futuro. Ya que vamos a dedicar tiempo, ilusiones y recursos económicos, por esto, debemos de tener en cuenta y valorar varios factores antes de tomar esta decisión. Estas tres premisas que tanto apreciamos, van implícitas en la emprededuria, por lo que debemos de intentar que el riesgo que siempre va a existir, sea el mínimo imprescindible.

Tener clara tu posición es fundamental para emprender

Son varios y de diferentes índole los factores a tener en cuenta antes llevar acabo el propósito de crear una empresa.  Estudios de mercado, plan de negocio, capital, ubicación, etc. Pero en este caso quiero entrar a valorar los que van más relacionados con los aspectos emocionales y de aptitudes, que al final dentro de un buen plan, producto o servicio, serán los que definirán nuestro éxito.

El primer matiz que habría que analizar es si emprendo por vocación o lo estoy haciendo por necesidad. Esta pregunta, la cual debemos de responder con absoluta sinceridad, es muy importante para poder hacer un análisis claro de parte de los riesgos que puede entrañar crear tu propia empresa o tu propio trabajo,  y si es posible tomar las medidas necesarias para minimizarlos. Debemos entender que si es algo que surge por necesidad debemos tener en cuenta que de hay que cubrir ciertas carencias que probablemente tengamos de base.

El emprendedor por vocación tiene una perspectiva diferente

El emprendedor por vocación normalmente tiene mayor posibilidades de supervivencia e incluso de éxito, porque lleva implícito en su ADN un gen que le hace comprender y adaptarse al entorno del riesgo e incertidumbre que conlleva el emprender.  Para comenzar asume riesgos por el mero hecho de que le apasiona tener su propia empresa, no únicamente por la idea de ganar dinero, pues el comprende perfectamente que la conclusión de hacer un buen negocio genera dinero, no tiene la idea equivocada de pensar en el dinero como único fin para crear una empresa.

El emprendedor por necesidad suele tener otra visión diferente del emprender , porque no toma tanto este hecho como una forma de vivir y de disfrutar –e incluso a veces de sufrir, si no como la compra de un futuro laboral. Debe de tener claro y aceptar desde un inicio que este futuro laboral en la mayoría de los casos es incierto, ha de mentalizarse que si bien debe de pensar en vivir de su propio negocio, nunca con la mentalidad de obtener un salario fijo o nomina propia , ya que esta es a veces anónima.

Este último tipo de emprendedor, no se suele manejar muy bien con estas incertidumbres, por esta mentalidad de “empleado de su propia empresa”  lo que le puede producir, si los pronósticos no se cumplen, que las emociones se le disparen y no tenga cierta tranquilidad, básica para una buena gestión y por lo tanto corre riesgos importantes de no tomar las mejores decisiones. O más bien, de tomar decisiones inadecuadas por impulso y/o ansiedad.

El papel del autoempleo

Por otra parte, el emprendedor por vocación, entiende mejor la cultura del esfuerzo que con lleva el negocio propio.  A menudo, el emprendedor por necesidad ve su empresa como un trabajo, y esto es uno de los mayores errores que se pueden cometer. Siempre, siempre , una empresa propia tiene mayor esfuerzo que un trabajo por cuenta ajena, ya que el emprendedor trabaja las 24 horas de los 365 del año.  No es que el  vocacional sea más trabajador, sino que tiene mas claro este concepto. Es difícil estar acostumbrado a un horario y rutina y luego pasar a un full time de dedicación, hay que realizar un cambio de chip que en ocasiones  es difícil lograr.

En ocasiones, se habla de autoempleo y el que únicamente lo hace con la literatura de “compro un trabajo” se equivoca rotundamente,  si no tienen en cuentas estos factores y otros . El autoempleo suena a nomina fija pero por tu cuenta, y esto no es así; aquí no hay nada fijo, ni seguro, al final al cabo el autoempleo lleva consigo emprender con todos sus riesgos.  Desde algunas instituciones y estamentos se habla de autoempleo como algo banal y sencillo y por supuesto no es así.

Si eres emprendedor por necesidad, no estás condenado al fracaso

Estos son alguno de los factores a tener en cuenta, mas adelante en el blog iremos analizando otros, pero bajo mi punto de vista estos son de los mas determinantes.

Entonces se harán una pregunta,  no debo de emprender si no tengo la vocación? ¿Estaré condenado al fracaso?

Pues tengo una buena noticia para ustedes. Sí que lo pueden hacer, he conocido emprendedores por necesidad, que han tenido un gran éxito. ¿Motivo? La necesidad también es un gran estimulante para cumplir objetivos y posiblemente para tener éxito.

También hoy en día existen herramientas;  formación, profesionales de la propia consultoría, coach y otros que les pueden ayudar a potenciar sus puntos fuertes y sobre todo a fortalecer las debilidades  y a trabajar las posibles amenazas que encontrar en el camino o de las que ya tiene en su comienzo.

También existen canales para emprender con menor riesgo como es el caso de la franquicia,  no exenta de riesgos, pero que le  deben de dotar  tutela y de minimizarle de otros riesgos empresariales–pero,¡ojo!; solo minimizar riesgos porque el riesgo, el trabajo y el esfuerzo siempre estarán ahí.

Por otra parte hay negocios en marcha que ya han pasado su época mas difícil o que tienen cierto posicionamiento en el mercado, lo que ayudará al emprendedor en la fase inicial, pues entrará ya en un negocio que funciona, solo debería seguir las pautas marcadas. El traspaso es una buena opción para este tipo de emprendedor.

 

Por vocación o por necesidad, crear tu propia empresa y ser dueño de tu destino es una meta ilusionante para una parte importante de los mortales, pero valoremos quien somos, que necesitamos y pongámosle cabeza.